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Channel: Danny Glover – Tierra de Cinéfagos
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Rebobine, por favor – Cuando se resuelve un cubo de Rubik con los pies

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En 2004 un director francés llamado Michel Grondy se sacó de la manga una pequeña joya titulada “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” que seguramente asociaréis enseguida con su horrible título en español “¡Olvídate de mí!”. Esta película, aderezada por el magnífico guión del siempre sobresaliente Charlie Kaufman, me hizo que creer que más allá del mundo del videoclip (en el que Grondy se codeó con los Rolling Stones, Chemical Brothers, Massive Attack y alcanzó las más altas cotas de creatividad con Björk en “Human Behaviour”, “Army of Me”, “Isobel”, “Hyperballad”, “Jóga”, “Bachelorette” o “Declare Independence”) existía un talento innovador.

Poco puedo comentar de “Human Nature” (2002) o “La ciencia del sueño” (2006) porque las he ido posponiendo ante el temor de perder ese buen sabor de boca que me supuso “¡Olvídate de mí!” en la descubrimos que Jim Carrey sabe hacer algo más que descoyuntarse los huesos faciales y que Kate Winslet sigue siendo igual de maravillosa lleve el pelo del color que lo lleve.

Sin embargo, sí he sucumbido a “Rebobine, por favor” (2008) y la he visto. No sé muy bien qué le ha pasado al bueno de Michel, pero su última película me ha dejado a cuadros y no precisamente de admiración.

Mike (Mos Def) trabaja en el videoclub del señor Fletcher: un antro que está a punto de ser demolido y en el que todavía se alquilan películas VHS. El señor Fletcher (Danny Glover), gran admirador de Fats Weller (pianista de ragtime, estilo que marcó el nacimiento del jazz), deja unos días la tienda a cargo de Mike para investigar cómo modernizar su negocio y así evitar la demolición. Durante su ausencia Jerry (un sobreactuado Jack Black), amigo de Mike, intenta sabotear la central eléctrica de la localidad, pero recibe una tremenda descarga que magnetiza todo su cuerpo y cuya consecuencia más inmediata es que las anacrónicas cintas VHS del señor Fletcher queden inservibles.

El arranque de la historia es lo más estúpido que he visto en mucho tiempo y el accidente en la central roza el ridículo más espantoso y eso sin olvidar que Jack sobrevive (por arte de magia) a una descarga de esas características. Sin embargo, la destrucción de todas las cintas da pie a algunos de los momentos más divertidos de la película, puesto de Mike y Jack deberán ingeniárselas para mantener el negocio a flote y no se les ocurre otra cosa que realizar su propia versión de esas míticas películas que han desaparecido bajo el magnetismo de Jerry. La primera de ellas es “Los Cazafantasmas” y el hilarante rodaje de la misma no tiene desperdicio (atención a los rayos para atrapar fantasmas fabricados con espumillón) a la que le siguen otras como “2001, una odisea en el espacio”, “Men in Black”, “El rey león”, “Robocop”, “Paseando a Miss Daisy” o “King Kong”. Podéis encontrar más información sobre estos “cutre-remakes” o “suecadas” en el post de Karelia.

Esta idea original rebosante de buen humor pronto se agota (como no podía ser de otra manera) y Grondy deja paso a una parte final ñoña y sensiblera (con mensajito incluido dirigido a las multinacionales cinematográficas representadas por Sigourney Weaver) que deja mucho que desear.

He ido leyendo alguna que otra opinión de lo más extremista sobre “Rebobine, por favor” y, la verdad, es que lo he pasado como nunca: desde los que creen que se trata de un homenaje al cine (¿?) en la línea de “Cinema Paradiso” hasta los que se han ofendido (¿?) por la (supuesta) parodia de “2001, una odisea en el espacio”. ¿Quién da más?

Lo que está claro es que Grondy lleva a cabo un divertido homenaje a esos videoclubs plagados de cintas VHS con las que muchos hemos crecido y de donde hemos bebido gran parte del cine de los años 80 y 90. La pena es que el envoltorio que rodea a dicho homenaje naufraga irremediablemente convirtiendo a esta película en una oda al aburrimiento.

En cuanto a los intérpretes poco que comentar, puesto que ninguno de ellos ha acabado de convencerme. Únicamente mencionar a Mia Farrow (que parece que siempre interprete el mismo papel) gracias a la cual se desencadena la memorable idea de las “suecadas”.

En fin Michel, tal vez resolver un cubo Rubik con los pies no te ha servido como catarsis para desplegar tu obvio talento, así que la próxima vez prueba a resolver un sodoku con la nariz que igual nos sorprendes con alguna genialidad.

 

 

 

Para ver la ficha de la película, pinchad aquí

 

 

Briony  

 



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